MANUEL DE SUMAYA (1680 – 1756)
Mi nombre es Manuel de Sumaya, nací en la ciudad de México cuando era capital del virreinato de la Nueva España.
Tenía menos de diez años y mis padres se dieron cuenta de que tenía facilidad para la música, por lo que me inscribieron en los seises de la catedral de México, es decir la escuela coral más importante. Ahí aprendí música y a cantar. Al poco tiempo, mi papá murió y solicité que me dieran una beca para no dejar mis estudios y para hacerme cargo de mi familia; gracias a mis méritos y habilidades musicales decidieron apoyarme.
Antonio de Salazar, uno de los más grandes músicos de la Nueva España fue mi maestro, y sin duda, sin sus enseñanzas mi carrera no hubiera sido la misma. Al cumplir 14 años comencé a estudiar para ser organista, uno de los instrumentos más conocidos de la época.
Es importante que te diga que en la Nueva España, como en muchas partes del mundo, ser maestro de capilla de una catedral te daba la oportunidad de dedicarte a la música y, a veces, de ser famoso, ya que para serlo debías ser uno de los mejores. Ahora, imagínate lo que significaba ser maestro de capilla de la Catedral de México; ¡yo soñaba con tener ese puesto! Entonces, me apliqué en mis estudios musicales y también para ser sacerdote porque era uno de los requisitos.