MANUEL ENRÍQUEZ (1926 – 1994)

Mi pasión desde siempre fue la música y escribí obras de casi todos los géneros: nacionalistas, instrumentales, algunas cantatas, música electroacústica, música con sonidos puramente electrónicos y multimedia. Esta variedad me permitió asistir a varios festivales nacionales e internacionales.
Como muchos de mis amigos y colegas me dediqué a la docencia, dictando las clases de violín, música de cámara y composición en la Escuela Nacional de Música, en la Escuela Superior de Música y en el Conservatorio Nacional de Música. De este último me nombraron director en 1972.
Durante ese tiempo me dediqué a componer buscando la abstracción y escribí Cuarteto II, Enlaces, Monólogo, Conjuro, Raíces, Faces y Sonatina, entre otras.
Me preocupé por dar a conocer las nuevas tendencias, es decir, la música nueva, por eso fundé la Sociedad Mexicana de Música Contemporánea y fui presidente de la Asociación Mexicana de Música Nueva. Este interés por promover la música, me llevó a ocupar puestos en las instituciones de gobierno encargadas de la cultura nacional. Digamos que no sólo me dediqué a componer, sino a impulsar y difundir la música de nuestro país en México y el mundo, así como a preparar el camino para las siguientes generaciones de músicos.
Compuse aún teniendo 80 años, sólo que en esos momentos regresé a una escritura más tradicional, por ejemplo, Interminado sueño y Poemario.