MANUEL M PONCE (1882 – 1948)

Mi gusto por la música comenzó desde muy chico. Recuerdo que mi hermana Josefina me sentaba frente al piano y me enseñaba a tocarlo. ¡Pasábamos ratos muy divertidos! Cuando mis padres se dieron cuenta de la facilidad que tenía para la música, me metieron a clases de piano.
A los nueve años me dio sarampión, y como no podía salir de mi casa para entretenerme compuse La danza del sarampión. Al poco tiempo entré al coro de la Iglesia y a los quince años me convertí en el organista.
A pesar de que nací en Zacatecas viví mi infancia en Aguascalientes y a los 19 decidí salir a la capital a perfeccionar mis estudios, pero mi estancia en el Conservatorio no fue lo que esperaba, así que regresé para dedicarme a dar clases de solfeo en el Conservatorio de Aguascalientes.
En 1904, llegó una de las oportunidades más importantes y que todo artista espera: irse becado a Europa. Estuve en Bolonia, Italia y en Alemania. Durante mi estancia me surgió el interés de recuperar la música mexicana, pero todavía tardé algunos años en hacerlo.