Urreta Alicia

Oriunda del puerto de Veracruz, donde nació el 12 de octubre de 1930, Alicia Urreta destacó como compositora y pianista. Comenzó sus estudios de piano con Virginia Montoya, y durante su formación académica en el Conservatorio Nacional de Música, tuvo como maestros a Joaquín Amparán, Rodolfo Halffter y Eduardo Hernández Moncada. Tomó cursos de perfeccionamiento con Alfred Brendel, Bernard Flavigny, Antonio Iglesias y Alicia de la Rocha. Como parte de su deseo inagotable de aprender, Urreta se especializó en composición de música electrónica y electroacústica en la Schola Cantorum de París. En la aplicación de su talento profesional, fue pianista titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de 1957 a 1986, profesora de acústica en el Instituto Politécnico Nacional, coordinadora general de la Compañía Nacional de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes de 1973 a 1976, coordinadora de música de la Casa del Lago, directora de Actuaciones Musicales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y fundadora y directora de la Camerata de México y del Festival Hispano-Mexicano de Música Contemporánea. La calidad interpretativa de Alicia Urreta fue galardonada en diversas ocasiones. Por ejemplo, obtuvo el primer lugar en el concurso de piano del Conservatorio Nacional de Música y en el J.S. Bach. En 1974 y 1981 fue merecedora de los premios de la crítica especializada, por sus composiciones musicales para teatro. Entre sus obras, destacan Natura mortis, estrenada en Nueva Orleans en 1972; La verdadera historia de Caperucita Roja; las óperas El romance de doña Balada, estrenada en 1974; y El espejo encantado, obra no estrenada. Compuso también Salmodias 1 y II, para piano, y Ralenti, una pieza electrónica estrenada en París en 1971, entre otras, en una carrera profesional que incluyó composiciones musicales para cine, teatro y ópera, además de obras para orquesta y diversos instrumentos.
De acuerdo con el crítico José Antonio Alcaraz, en una charla concedida al periodista Roberto García Bonilla, que aparece en el libro Visiones sonoras. Entrevistas con compositores, solistas y directores (Siglo XXI Editores, 2001), “Alicia [Urreta] tuvo el valor de ser ella misma y de decidir por dónde iba su lenguaje, sin tomar en cuenta las modas o las necesidades tecnológicas, sino crearlas de acuerdo con lo que ella quería expresar” (…) Alcaraz continúa: “Además hay un elemento en Alicia del que no se ha hablado: ella es un ser místico, un éxtasis sagrado continuo. Ahí se encuentra con raíces muy hondas de lo mexicano, donde el mito se mezcla con el ritual…” Alicia Urreta murió en la ciudad de México el 20 de diciembre de 1986.